Dice la sabiduría popular que no hay que servir a quien sirvió ni pedir a quien pidió. Por algo será. Personalmente puedo hablar de los envidiosos dañinos, esos que envidian lo que has conseguido pero huirían como de la peste del sacrificio y trabajo que han sido imprescindibles para conseguirlo. Hay veces que, a toro pasado, piensas que no ha valido la pena tantos sacrificios y tantas renuncias. Cosa distinta…